¿Qué función desempeñan los protectores bucales?
Los protectores bucales, también denominados férulas deportivas o protectores dentales, son aparatos que cubren los dientes para protegerlos de lesiones si el deportista recibe un golpe en la cara o la cabeza. ¿Tienes hijos mayores o adolescentes que practican un deporte de contacto como el fútbol, hockey o rugby? Asegúrate de que lleven un protector bucal durante sus partidos y entrenamientos. Aunque una rutina regular de limpiezas profesionales por parte de un dentista o higienista dental y cepillarse los dientes dos veces al día, así como usar hilo dental a diario, va a mantener radiante la sonrisa de tus hijos adolescentes, es muy importante que lleven un protector bucal para protegerla.
Protectores bucales para deportistas
Los protectores bucales se pueden usar para muchos tipos de deportes, incluyendo el fútbol, hockey y lacrosse. Los protectores bucales están fabricados en un material plástico sólido y resistente, y se clasifican en tres categorías:
- Hechos a medida. Puedes encargar a tu dentista que te fabrique un protector bucal a medida. Estos protectores bucales son los más cómodos, pero también los más caros.
- Hervir y morder. Este tipo de protector bucal es semiadaptable. Se compra un molde de plástico preformado y se adapta el ajuste sumergiendo el protector en agua hirviendo durante unos minutos y, después, mordiendo el plástico caliente.
- Prefabricados. Un protector bucal prefabricado viene preformado y se puede modificar para amoldarlo a una boca específica. Ofrece protección, pero, al no ajustarse perfectamente, puede interferir en la respiración y el habla.
¿Funcionan los protectores bucales?
No importa qué tipo de protector bucal elijan tus hijos deportistas siempre que lo lleven puesto. Las conclusiones de algunos estudios de impacto han demostrado que llevar protectores bucales fabricados en varios tipos de materiales protege mucho más los dientes que no llevarlos. En un estudio en particular, el riesgo de lesión orofacial fue entre 1,6 y 1,9 veces mayor en los deportistas que no llevaban protectores bucales.